Un camino (Día 5b) 1 de mayo

Como dije, para mí el destino de hoy es el albergue público en Teo, pero para Liz es Camino de Santiago, el destino final para todos nosotros peregrinos. Me preocupo que no lo logre. Tiene un buen ritmo de caminar, pero hemos empezado tarde de Pulpería Rial. Además, ella está bien preparada, es decir, la mochila suya lleva incluso más pesada que la mía. Por ejemplo, Grayl es la marca de su botella de agua. Me gusta esta marca también y la he usado en México, pero en mi opinion no tienes que purificar el agua en España. No vale la pena el peso. Al otro lado, también está llevando una vaina para orinar como hombre. Tiene sentido, pero es una cosa más que llevar.

Ella me dice que tiene que usar la vaina. Al esperar a ella, hablo un rato con otro peregrino que está descansando en un banco debajo de una parada de autobús. Se llama Stan y su destino de hoy es Teo también. Hacemos un plan de encontrarnos allí, porque su ritmo es un poco lento. En realidad, no sé si nos encontraremos. La gente vienen y la gente va. El futuro es incierto.

Sigo caminando con Liz. Vemos una la valla publicitaria para “Motel Venus” con la frase “El amor no existe se hace …”

P5011873

Un poco después, hay una máquina expendedora en una pared. Ella compra algo de picar. También se venden paquetes de preservativos.

P5011875

Por supuesto que hay situaciones de que se necesitan una habitación privada con preservativos. Ver cosas así en el Camino es divertido pero también molestándome. ¿Por qué? Ya no soy católico, y es un hecho real que nosotros peregrinos tenemos cuerpos físicos y necesidades físicas. Vale, para mí, la publicidad es demasiado descarada. Los preservativos no me importan.

Hablamos de muchas cosas, incluyendo de nuestras familias. A ella le explico por qué no bebo alcohol ni como carne. Al recordar mi retraso de terminar la vida de mi mejor amigo Mookie, el arrepentimiento adueña de mi. Lloro en la lluvia. Una trabajadora de la salud, mi compañera me contesta con sensatez y sensibilidad.

Es católica y tiene un horario para rezar por sus amigos en oración silenciosa. Nos despedimos.

Conozco a otras personas de vez en cuando, pero la mayoría del resto del día hasta el albergue estoy solo con mis pensamientos. Paso por delante un edificio en el bosque con frases en sus paredes. Hay una cita de Michael W. Fox, y otra de Max DePree. Es una traducción española:

P5011906

Estamos solos, absolutamente solos en este azaroso planeta. Entre todas las formas de vida que nos rodean, ninguna, excepto el perro, ha hecho una alianza con nosotros.

Un poco después, la lluvia empieza de nuevo. En algunos puntos, el camino se ha convertido en una cascada.

P5011911

Por fin, llego al albergue. Estoy bien empapado. Veo a la danesa mayor que rechazó la comida gratis en Briallos. Me reúno con Stan y buscamos un lugar de comer. Por recomendación de antifitriona, caminamos cuesta arriba hacia la izquierda, pero los pocos lugares que vemos están cerrados, excepto uno que es solo para los huéspedes del hotel. Después de todo, es el Día del Trabajo.

Volvemos a otro posada por el que ya pasé, antes de nuestro. Disfruto de una cena de tortilla española, papas fritas, y un pastel. Todo es sencillo pero me lo cae bien.

En el albergue, me ducho y la habitación se inunda. ¡Qué día de agua! No tan malo como mi primer día en mi camino, pero más continuo y en modos diferentes.

Un camino (Día 5a) 1 de mayo

Esta mañana el horario en el monasterio es más relajado de lo que había esperado. Nadie me despierta, así que me levanto un poco tarde. Hago mi mochila, desayuno tostada con mermelada y mantequilla, y tomo chocolate caliente. Salgo del monasterio casi a las ocho y media. Vale, mi próximo destino es el último albergue público antes de Camino de Santiago. Imagino que hoy será un día más fácil que ayer.

Empieza a llover. Al poner mi impermeable debajo de una carretera, veo a una de las peregrinas que se alojó también en Herbón. Nos encontramos y empezamos a caminar juntos al oeste hacia Padrón. Tengo una idea de comer pulpo a un restaurante específico que los malagueños me mencionaron ayer. La idea es loca. Hoy es el Día de Trabajo, por lo tanto muchos negocios estarán cerrados. Además, estaré en Padrón en el medio de la mañana y es un poco extraño de comer pulpo tan temprano.

Mi compañera se llama Liz. Tiene un acento del sur de los Estados Unidos. (Ahora, en julio, no recuerdo exactamente pero creo que…) trabaja como asistente de anestesiología, su hija es talentosa en teatro musical, su hijo es en el ejército. Se va a divorciar de nuevo. Ella es muy franca, me gusta esta cualidad. Me gusta también que esté dispuesta a parar cuando veamos  un parque botánico en Padrón. Nos maravillamos con las secuoyas. 

P5011848 copy

De repente Liz se da cuenta de que sus auriculares están perdidos. Vemos a un par de nuestros peregrinos de Herbón y todos tratamos de buscar los auriculares, pero están bien perdidos. Jim le regala sus auriculares a Liz. Dice que tiene varios porque siempre los está perdiendo. Entonces comenzamos a buscar el restaurante. Es un pequeño milagro: lo encontramos, está abierto, y sirven el pulpo en la mañana.

Los cuatro disfrutamos juntos una comida de pulpo, papas, pan, y vino. En mi caso, solo un poco de vino, pero más que antes. Jim era nuestra traductor ayer en el monasterio durante el tour y en general habla mucho más que su amigo. Por casualidad entró mi cuarto anoche (había solo cortinas y el pasillo estaba muy oscuro). Liz y yo pensábamos que Jim y Michel son una pareja, pero no. Liz tiene un proyecto de construir una playlist de canciones favoritas de las personas que ella conocía durante su Camino. Menciono “So. Central Rain” pero nadie la sabe. Jim menciona “Prince” y inmediatamente hay un vínculo fuerte entre Liz y él. Los dos han vivido y viajado en muchos países por el globo, y pagan la mayoría de la cuenta.

Después, Jim y Michel se van a otra dirección. A mí Liz me pregunta cómo personas como Jim y Michele pueden viajar tanto. No sé con certeza, pero adivinamos que son ricos.

Un camino (Día 4b) 30 de abril

Paso la mayoría del día con los jóvenes de Málaga. Es mi primera experiencia en este viaje caminando mucho tiempo con otros. Tal vez estén siendo conscientes de mí, pero su ritmo de caminata es perfecto. El tiempo pasa bien feliz.

Durante mi camino, con los trabajadores en los restaurantes, en los albergues, y en las tiendas, español sí es la lengua más común. Además, los letreros aquí en Galicia a veces son en gallego. Pero entre los peregrinos, inglés es la “lingua franca”. Oigo alemán, portugués, francés, y otros, pero inglés es el idioma que oigo con más frecuencia adentro los grupos de peregrinos y entre ellos. En un momento mis compañeros expresan su sorpresa al descubrir que pocos de los peregrinos son españoles como ellos.

En medio de nuestro viaje juntos, hay un restaurante arriba nosotros. Un tipo llama y saluda a mis compañeros. Sonríen y empiezan a conversar. Noto que la conversación es un poco más rápido con este hombre que conmigo. Por eso, entiendo solo una parte de lo que están hablando. Nos presentan. Se llama Antonio, pero a mí Antonio me llama Pepe. ¿Me está haciendo una chiste? Le explico que mi padre se llama José pero me llamo William. A Antonio no le importa. Para él soy Pepe. (De hecho, mi padre tiene el apodo de “Peping, con el acento en el segunda sílaba, en vez de “Pepe”, porque en las Filipinas el sonido de “ng” es común.)

Mis compañeros tienen un amigo en Padrón y van a quedarse con él dos noches. Por mi parte, voy a tomar un desvío para un convento francisco. (De hecho, todavía no sé la diferencia entre “convento” y “monasterio” en español. En inglés para mí, un “monastery” es solo para hombres llamada monjes, y un “convento” es solo para mujeres llamada monjas.) Nos despedimos en un letrero apuntando hacia el convento al este.

P4301754

Como el primer día de este camino, la lluvia paró y el cielo despejó después de la mañana. Ahora está soleado y hace bien calor. Mi gran botella de agua está vacía. No hay nadie más a lo largo de esta ruta tan hermosa. Me preocupa que el convento esté lleno o que pierda mi camino. Cerca de un puente, le pregunto a un desconocido dónde está el monasterio. Está cerca.

Por fin. El aire en el convento es fresco. Me registro en el escritorio con una caja para donaciones. Descanso mis pies cansados mientras mirando una baraja de cartas españolas.

Durante el tour del convento, me ofrezco como traductor porque el guía solo habla español. Pero fallo al trabajo. Afortunadamente hay otro peregrino que hace las traducciones. Aprendemos la historia del lugar, incluyendo sobre los franciscos. Crecía católico, pero me falta mucha información sobre las distinciones entre los ordenes religiosos en la organización. En toda mi vida y en mi detrimento, no me interesaba la política interna. Pero me interesa San Francisco de Asís. De hecho, mi nombre de confirmación es Francis. Me interesa cuando el guía dice que los franciscanos son un orden con un poca más libertad que los otros, pero aun así, el propio santo no podría unirse hoy en día. 

Aprendemos mucho de la historia del lugar. Los franciscos llevaron pimientos de América, y ahora los pimientos de Padrón son famosos. Nuestras cuartos fueron para estudiantes cuando el edificio servía como escuela. Vimos una habitación en la forma de un cabina de un barco, porque los franciscanos navegaban por todo el mundo para llevar la palabra de Dios.

P4301802

Ya no soy católico pero hay algo conmovedor en esta tarde. Durante la misa recibo el sacramento de la comunión por la primera vez en muchos años. Después, nosotros peregrinos hablamos un rato con el sacerdote y recibimos una bendición. Él explica por qué nos insistió a tomar la comunión de su mano en lugar de recibirla. Es su costumbre para demostrar que nuestras propias opciones y nuestras propias acciones son esenciales.

En el monasterio encuentro a Antonio de nuevo. Nos sentamos juntos durante la cena pero habla un poco rápido conmigo. Si entiendo a mis amigos anteriormente y a Antonio ahora, era un cartero. Pronto después su jubilación, su esposa falleció. Desde entonces ha caminado el Camino cuarenta veces, dos veces al año, para ayudar a otros peregrinos.

La vida de los franciscos parece sencilla. Solo se tiene que renunciar a todo lo material.

Es un buen día. Pepe, peregrinos, y pimientos de Padrón. Conversación franca, aire fresca, y franciscanos.

P4301812

Un camino (Día 3b) 29 de abril

Incluyendo descansos y paradas, mi viaje a pie tarda casi seis horas cuando llego a una encrucijada. En línea recta está el camino principal, y a la izquierda está una calle hacia el albergue y un café. La elección es fácil. Mis provisiones de comida es bajo porque todos los supermercados se han cerrado desde anteayer. Decido tomar el desvío para comer y entonces puedo escoger si continuar o alojarme.

Sin embargo, cuando llego al albergue, inmediatamente decido quedarme. El albergue es acogedor y hay brisas por las ventanas. Cuesta diez dólares, como todos los albergues y incluso hay una lavadora gratis. Pero primero voy a comer.

El menú es sencillo y limitado. Hay solo un trabajador — no sé si es el dueño también — para tomar el pedido, cocinar la comida, y servir todo. No importa, no hay cola y él es una fina persona. Pido un bocadillo con huevos revueltos y patatas bravas con aioli. El sándwich es delicioso, especialmente con un poco de sal y un paquete de aceite de oliva. (Admiro un país donde aceite de oliva es un condimento.) En cambio, las patatas bravas vienen en forma de papas fritas, es decir papas francesas, no en cubos. Además, las dos salsas están frías y prefabricadas en paquetes. No pasa nada, a buen hambre, no hay pan duro. En este caso, no hay salsa fría.

Pero antes de comer y después de pedir, hay cuatro estadounidenses atrás de mí. Ellos no hablan español y el tipo del restaurante no habla inglés. Mis conciudadanos quieren regalar algo. Uno de los hombres señala a una mujer de mayor edad que es la única persona adentro del restaurante. Dice que ellos van a pagar la comida de la mujer. Soy capaz de traducir esta intención al trabajador. Por supuesto que recuerdo anteayer cuando alguien me pagó la comida. Creo que es un gesto generoso.

Los cuatro se sientan afuera, pero me siento adentro. Ya no necesito estar debajo del sol, y de todos modos quiero estar solo. Mis conciudadanos son amables pero ruidosos. Cuando tengo hambre, no quiero ser social. Espero mi comida en una esquina, mirando mi tableta, escribiendo a mi amigo Marc, el que está en Suiza ahora mismo.

El tipo lleva la comida a la mujer. Noto que ella está irritado. 

Como más rápido que ella. Después, trato de explicar a ella que este fue un regalo. Me pregunta en inglés: ¿Quién hizo esto? ¿Era mi esposo? Puedo cuidar de mí mismo. Puedo pagar por mí mismo. Y ella lo hace.

Voy afuera y me siento con los otros estadounidenses. Juntos tratamos de entender por qué la mujer no aceptó el regalo de comida y por qué el regalo la hizo enfadar. Les cuento lo que me dijo la mujer. Explico que esta mujer está, en mi opinión, orgullosa de ser autosuficiente. Los cuatros son católicos y una habla de este rasgo como es una falta. Para ellos, regalar es un acto de caridad. Entiendo bien sus intenciones pero digo que no es para todos. Ellos contestan que todos no son listos para recibir regalos. Reconozco sus opinions pero, para mí, este no es el pecado de la soberbia. Es una mujer sola que es fuerte.

Me regalan un medallón pequeño de su parroquia. Vuelvo al albergue y ellos seguirán caminando.

De hecho, he recibido y seguiré recibiendo regalos de mis compañeros peregrinos. Antes del Camino, una mujer llamada Deedee me regaló la concha que está atada a mi mochila. Dos mujeres en el autobús hacia Vigo me regalaron unos vendajes para la pie. Ayer el uruguayo me regaló una moneda y compartió su mate. Acepto cada con gratitud y con gracia, lo mejor que puedo. Pero también respeto la actitud de independencia de esta mujer. Noto y recibo estas experiencias en mi camino. Recuerdo algunas, acepto todas.

Un camino (Día 3a) 29 de abril

Hoy mi plan es caminar de Pontevedra a la aldea de Briallos. La próxima parada natural para muchos peregrinos en mi situación sería Caldas de Reis aunque está un poco más lejos, porque es un lugar más grande, con varias opciones para alojarse y comer. Pero soy un poco diferente de otros peregrinos. Estoy decidido a quedarme en los albergues públicos siempre que sea posible. Llevo una mochila más pesada (unos diez kilogramos) que la mayoría de los demás, y tomo más fotos (es decir, “me detengo y huelo las rosas”) también. Además, estoy en el extremo sur de Pontevedra y, después la lluvia anteayer y mi desvío ayer, creo que yo podría aprovechar un día un poco más fácil. En fin, estoy solo, es mi decisión, y puedo cambiarla si estoy lleno de energía en Briallos.

Desayuno el arroz y los huevos revueltos de anoche. A las ocho todavía hay un hombre en su cama, mirando un video en su móvil. Le recuerdo que es hora de salir y me contesta maleducadamente. Me molesta un poco, pero él está en su propio camino.

Camino por el centro de Pontevedra y visito la catedral. Es una ciudad muy bonita. Camino por las afueras, también lindas, y entonces por el campo. Descanso fuera de una iglesia que comparte mi apellido y hablo un rato con cuatro filipinos. Me vuelvo a encontrar con ellos varias veces a lo largo del día, como me encuentro con otras personas de días anteriores. Una vez veo una puerta pequeña para pan. No sé si todavía se usa para ese propósito.

P4291616

Hay una variedad de terreno y paisaje. Uno momento estoy caminando al lado de vides, debajo de la rampa de una carretera …

P4291626

… al momento siguiente paso por delante de una piedra explicando que estoy en una ruta antigua romana …

P4291630

… y después del bosque, hay un señal con un buen sentido del humor.

P4291668

Hace un poco calor. Me apetece descansar a menudo, y descanso cada vez que quiero. No tengo prisa hoy.

Un camino (Día 1b) 27 de abril

Al caminar en la lluvia, por fin llego a un pueblo llamada Chapela donde hay tiendas abiertas. Paso por delante de una cafetería pero no paro. Busco algo, cualquier cosa, para mantenerme seco bajo la lluvia. Le pregunto a una cajero de una tienda pequeña si venden paraguas, pero no. Me señala a un supermercado solo a una cuadra de distancia. De pie mojado, le pregunto a la gente allí si venden paraguas, pero ellos tampoco. Me señalan a una tienda cerrada que abrirá a las diez, en solo un cuarto de hora.

Espero a que la tienda abra. No quiero ir a un restaurante ni bar ni cafetería. Solo quiero un paraguas o un impermeable. Pero la tienda nunca abre.

Cuando salgo del pueblo, una mujer mayor me mira y se ríe. No le entiendo completamente, pero entiendo que ella me está preguntando por qué yo camino ahora, cuando no habrá lluvia en la tarde. A ella le debo haber parecido más saco de tristeza que mochilero de habilidad.

En ese momento me faltan las palabras. Es mi primer día en el Camino de Santiago y no quiero rendirme tan fácilmente. Además, no soy un caracol, no tengo mi casa en la espalda, y no tengo ni reserva para esta noche ni para ninguna noche hasta el jueves. Mi plan fue “tomar la vida como viene” y ahora ha venido la lluvia.

Sigo caminando, sigo lloviendo. Veo unas cajas para pan afuera de algunas casas. Cruzo una rotonda de una carretera cerca de un gran puente colgante y camino por el césped. Afortunadamente no hay mucho tránsito. No tengo ni idea si todavía estoy en el Camino. Solo puedo esperar que sí, porque a menudo no ha habido letreros.

De repente veo un cafetería. Decido que necesito un descanso y una comida. Al entrar el lugar, estoy avergonzado de que estoy goteando agua. Pido un tostado con tomate y un descafeinado con leche. Trato de descongelarme los dedos alrededor de la taza.P4271251

Poco después, la camarera me dice que alguien en el bar ha pagado mi cuenta y no debo nada. Ella dice que no puede decirme quién, es un regalo.

Me anima mucho por este pan y esta bebida caliente. Lentamente mis dificultades desaparecen. Veo a otros peregrinos caminando afuera, y sé que ahora estoy en el Camino correcto. También veo el cielo está despejando y el sol aperece; la mujer tenía razón. Y este regalo de comida — en fin, al fin, he comenzado en el Camino verdadero.

Mis pasos se sienten más fáciles. Con el tiempo, veo a un coreano y su colega. Él fue mi vecino que roncó tan fuerte anoche, pero no digo nada de esto. Nos reconocemos y hablamos de nuestras vidas, y ellos me ayudan a encontrar el albergue público. Espero en un gran cola, compartiendo mi merienda con un neerlandés mientras secando mi cuerpo. Soy casi el último peregrino de hoy que puede alojarse en este albergue, que es un torre redondo en la ciudad de Redondela. 

A través de la rotonda del albergue, encuentro un bar. Le pido perdón al pulpo, un pariente de los caracoles. Son inteligentes también. Pero Galicia es famoso para el pulpo. Solo lleva sal, pimentón, y aceite de oliva. ¡Qué plato tan rico!

P4271296

Al final del día, voy de compras en un supermercado. Resulta que debería haber comprado más, pero esta historia es para otro día.

Superviviente de los supermercados

Estoy leyendo el libro The Secret Life of Groceries (La vida secreta de los comestibles). Es una descripción fascinante de como nuestra comida llega a la mesa. En particular, el libro se centra en el proceso después de las granjas y pesquerías, después de las plantas de fabricación y las de procesamiento, después de los intermediarios y los camiones. Entonces, es sobre la economía de los comestibles. Según este autor, cuando los comestibles están en un supermercado, ya no son ni animales ni plantas, pero todavía no son comida. Son solos productos.

Hay muchas cosas que aprender en la primera parte. Por ejemplo, el libro describe el nacimiento de compañías como 7-Eleven (originalmente un lugar en Tejas solo para distribuir hielo, después la invención de refrigeración), Aldi (austero y eficiente en Alemania por necesidad, poco después de la Segunda Guerra Mundial), y Trader Joe’s (innovador con marcas privadas, después de que 7-Eleven comprara el proveedor más importante en una region). También describe como la tecnología cambió la experiencia de la compra. Por ejemplo, la cartulina hizo posible marcas y publicidad. Además, la cantina en la Exposición Colombina en Chicago inspiró mercados de autoservicio como Piggly Wiggly y después supermercados como King Kullen, Big Bear, y Giant Eagle.

Con este libro en mente, recuerdo algunas experiencias de mi primer día en en Camino de Santiago el abril pasado. Andando bajo la lluvia, afuera de algunas casas noté cajas de metal montadas al lado de las puertas. Era un misterio hasta que vi una casa sin caja y había un pan en una bolsa plástica atada a un gancho. Me di cuenta de que las cajas son para pan! De hecho, más tarde presencié una entrega cuando un repartidor salió de un camión y llevó dos hogazas de pan a una casa.

Entonces y ahora, me pregunto como este panadería puede sobrevivir en un mundo de supermercados. En el pasado las lecherías entregaba leche, queso, y mantequilla, pero ahora no. Hoy en día los clientes se aprovechan las entregas de supermercados y de Amazon. Es un pequeño milagro que un negocio puede existir así. La situación actual me hace feliz al mismo tiempo que el futuro me preocupa, al menos respecto de esto.

Más maridajes

Por supuesto, hay otros maridajes además del de las drupas. Los anacardos también combina bien con helado de chocolate.

Con helado de vainilla, recomiendo agregar mucho cereal de arroz crujiente. Las texturas van bien juntas, el cereal reduce el frío, y el sabor es mejor que los cuadrados de Rice Krispies. Me gusta más porque es más fácil para “cocinar”, y no lleva la gelatina, que es importante porque no como productos de carne.

Un sabor conocido es plátanos con Nutella. Pero aún mejor es Nutella unta sobre pastas de mantequilla, llamada Girl Scout Trefoils. Nutella puede ser pegajoso, y esta galleta previene que se pegue al paladar.

Los maridajes no siempre son dulces. Cuando estudiaba en la universidad, mi profesor tomó todo el grupo de investigación a un restaurante griego. Un sábado, un profesor invitado nos introdujo a la combinación de berenjenas fritas y anchoas. El umami de las berenjenas hacen más suave los anchoas. Él sugirió estos dos en una pizza, pero es una combinación adecuado para pasta o pan.

Otro ejemplo es algunas frutas con sal. Recuerdo mi primera experiencia de tomate con sal, después de un conocido me llevó a un mercado agrícola en Ann Arbor hace casi treinta y dos años.

La sal es un ingrediente importante en mucha comida. Una canción de mi grupo favorito español empieza con la letra: Un cafe con sal. No entiendo si esta combinación es metafórica o real, si es buena o irónica.

La semana pasada uno de mis maestros mencionó que en Colombia a veces se pone queso en chocolate caliente. ¡Suena delicioso! Hay muchas combinaciones en el mundo, muchas nuevas cosas para probar.

Investigaciones con más

Me gustan el maridaje de cerezas y anacardos. Aquí tienen los resultados de mis investigaciones de agregar un tercer ingrediente.

Sal kosher Espolvoreé sal kosher sobre las cerezas después de enjuagarlas con poca agua, para que los granos de sal podían adjuntar a las frutas. El sabor de las cerezas con sal fue rico, como ya sabía. Pero la experiencia con los anacardos se puso más incómoda. Tuve que quitar el hueso de la cereza mientras la sal disolvía. Este proceso es más fácil cuando es solo cereza y sal, pero con la adición de la nuez es más ejercicio con la lengua para cumplir en un plazo, antes la sal desaparece. El problema es como describí ayer. Los anacardos no podían aprovecharse de la sal. Había solamente sopa de agua salada en el bol de cerezas, para sumergir los nueces en ella.

Verdicto: demasiado incómodo con solo una forma de sal. A lo mejor puedo tratar otra vez con sal fina.

Pedazos de chocolate Aprendí de mi experiencia con sal. Primero quité los huesos de las cerezas con mis dientes, y mordí el chocolate con leche en trozos pequeños. Después, pude poner una cereza, un anacardo, y un poco de chocolate en mi boca al mismo tiempo. Los sabores de cereza y de chocolate dominaron sobre el del anacardo. Además, el chocolate derritiéndose y el jugo rojo de los cerezas ensuciaron mis dedos. 

Verdicto: no es una combinación de tres sabores, solo de chocolate y de cereza. Prefiero el maridaje de anacardo y de cereza.

Helado de chocolate Los dos investigaciones anteriores fue ayer, pero esta última ocurre hace un momento. Puse unos anacardos en un taza y después un poco de helado de chocolate. Como antes, quité los huesos de cinco cerezas (cuando mis hijos son más jovenes, quité huesos para ellos así) y mezclé todo. En este caso, el frío del helado moderó el sabor de las cerezas, así que la experiencia es de tres ingredientes en vez de solo dos.

Verdicto: Me gustan más las combinaciones de helado de chocolate y anacardos, y de cerezas y anacardos. Para mí, el sabor de cerezas y chocolate juntos es bueno, pero no es entre los mejores.

 

Último verdicto: Es trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo. (Eso parece un chiste, pero es la realidad — hoy en día, me duele la cabeza aproximadamente una hora después de comer demasiados dulces.) A veces un matrimonio es mejor con solo dos, no necesita agregar más. Para estar claro, no me refiero a mi matrimonio! Amo mucho a mis hijos.

Dos son compañía

Ayer describí como me gusta la maridaje de cerezas y anacardos. Podría probar agregar sal. Me gustan los anacardos sin sal, pero en realidad me gustan más con un poco pequeño de sal — pero solo un poquito de sal de textura fina, como polvo. No compran esto en las tiendas — para mí, los artículos de supermercado etiquetados como “ligeramente salado” llevan demasiada. Además, a veces me gustan las cerezas con un espolvoreo de sal — pero solo sal kosher, con cristales un poco más grandes e irregulares. Estos tipos de sal tienen sabores y sensaciones en la boca tan distintos, así como son diferentes las texturas de polvo fino y arena áspera. Por eso, no sé si la adición de un solo tipo sal mejoraría o disminuiría el gusto de este maridaje.

Otra idea es probar a agregar chocolate, porque combina bien con mucha comida. Me gusta comer pedazos de una barra de chocolate con anacardos, y también cerezas secas revestida de chocolate. ¿Pero con cerezas frescas? Es posible que la jugosidad no se adapte bien al chocolate. También me gusta mucho los anacardos con helado de chocolate. Pero el frío del helado puede congelar las cerezas.

Vale, tengo sal kosher, una barra de chocolate, y helado de chocolate aquí en casa. Probaré estas ideas y informaré mañana.