A bordo del vuelo nocturno anteayer, estaba sentado al lado de una pareja joven de unos veinte años. Habían venido a Las Vegas para ver a la banda Dead & Company en The Sphere.
Me gustan los fans del Grateful Dead. Tienden a ser amables and relajados, así como abiertos a nuevas experiencias. Les gustan compartir y aprender de los demás. Son sinceros y comparten un interés común.
Hablamos de The Sphere, The Dead, y la diferencia entre lugares para vivir y para visitar. Aprendí que este viaje de ida y vuelta fue su primero en avión. El joven me preguntó cuántas veces había estado en un avión.
¿Cuántas veces? No tengo ni idea. Este año ya han sido ocho veces — desde Las Vegas a Pittsburgh, a Toronto en el camino a Madrid, a Lisboa, desde Santiago a Madrid, luego a Dulles en el camino a Las Vegas, y de regreso a Pittsburgh. Docenas de veces. ¿Doscientos? No sé.
Aun así disfruto mirando por la ventana y la sensación de mi espalda presionando contra el asiento cuando despegamos.