un regreso al hogar

La semana pasada regresé a Bard College para familiarizarme con la currículo del “Language & Thinking Program”, es decir, un programa del lenguaje y pensamiento. La semana que viene regresaré a Nueva York de nuevo.

Me gusta mucho el paisaje en el norte del estado de Nueva York. Para mí es el paisaje de Dios, de verdad, especialmente los lagos Finger alrededor de Ithaca y al lado del río Hudson cerca de Rhinebeck. Cuando mucha gente piensa en Nueva York, piensa en solo la ciudad. La ciudad sí es buena, me gusta también, es mi lugar de nacimiento, pero el resto del estado es tan precioso. Tengo muchos recuerdos como estudiante y profesor allí.

Regresar a Bard College fue algo así como un regreso al hogar. Es el primer lugar donde enseñaba mis propias clases en una universidad. Además, aprendí mucho del estilo de la enseñanza en el Instituto de la Escritura y Pensamiento. Está enfocado en usar el acto de la escritura para explorar y explotar textos y para recurrir tus propias experiencias. Tengo muchas ganas de enseñar en esta manera otra vez.

Hay un dicho que no se puede volver al hogar. Es verdad, con el tiempo hogar cambia y tú también. Hay edificios en el campus que no existió la última vez que estuve allí. El centro de estudiantes tiene una piedra angular con el año 1999 y recuerdo cuando se estaba construyendo frente a los dormitorios donde los profesores nos alojábamos. El edificio es antiguo ahora, se puede ver óxido y otros signos de desgaste. Antes fui uno de los más jovenes profesores, al principio de mi carrera, y la semana pasada fui el más mayor en la sala.

Sin embargo, los métodos siguen siendo los mismos. Hay un objetivo común ahora, un ensayo al final de las dos semanas y media, y pienso que esta tarea es buena. Sin duda será difícil y agotador, tanto para mí como para mis estudiantes, pero vale mucho la pena. Es un lugar para jugar con el lenguaje, es una comunidad verdadera de escribir y pensar.

un prado

Llevo un mes estudiando en un curso autodidacta. Esta mañana en el video, al pasear el maestro usó la palabra “prado”. ¿Prado? ¿Qué? me pregunté. Él no está en El parque del Retiro en Madrid, acaba de decir que está en Inglaterra.

Aprendí que “prado” es una zona con césped. De hecho, todavía no entiendo las similitudes y las diferencias entre “prado”, “campo”, y “vega”. En mi experiencia limitada, “campo” es más común. Conozco “vega” solo porque vivimos cerca de Las Vegas y busqué el significado. Ahora hay “prado” también.

Para mí, El Prado es el hogar de Las Meninas, una de las pinturas más finas en todo el mundo. En abril me paré mucho tiempo en frente de esta imagen. Algún día debería escribir sobre mis experiencias en este museo …

En fin, “prado” es simplemente un lugar natural. Es como The Alamo o como Los Alamos. Un día más, una palabra más.

Un camino (una conclusión)

En este blog llevo una quincena escribiendo sobre mi camino. En los títulos, escribí “Un camino” porque para mí este viaje fue solo mi camino. Sería impertinente decir que mi camino es El Camino de Santiago. Es simplemente uno camino, sin mayúscula.

Es un poco irónico que el cuento dura más de dos semanas aunque el viaje real dura menos de una semana. Además, no pude escribir todos mis pensamientos, solo algunos de lo más destacado. Esto es característico del acto de escribir. No se puede decir todo.

De una manera, mi camino sigue. Según algunas personas, no hay tiempo entre un viaje en El Camino de Santiago y el siguiente. Estos simplemente son descansos en un solo Camino de Santiago largo. Puedo ver este punto de vista. Como dije en el final de mi última entrada, no me parece que mi camino terminó cuando llegué a la catedral en Santiago de Compostela.

Salí de la ciudad muy temprano en la mañana del 3 de mayo. Traté de tomar un autobús hacia el aeropuerto pero nunca llegó. Vague por las calles y finalmente tomó un taxi. Eso me sentí un poco más como el final, montar en un coche.

Cuando regresé a Madrid, fue como volver a casa. Tomó un autobús a Atocha y hablé con dos estudiantes universitarios de botánica — estadounidenses en su primer viaje a España. Mi hostal no aceptó mi mochila, así que regresé a la estación para tomar un tren Cercanías a San Lorenzo de El Escorial y El Valle de los Caídos. Pero eso es para otro momento.

Voy a tomar un descanso. Llevo ocho semanas escribiendo todos los días (excepto 11 de junio) en este blog. Me he demostrado a mí mismo que puedo mantener un hábito de escribir cada día.

Pero escribir en este blog ha sido un poco difícil, especialmente recientemente. A veces me costaba mucho escribir sobre mi camino. Tenía que ser auténtico e interesante. En vez de eso, suelo escribir cualquier cosa en la que esté pensando. Contar una historia exige más estructura.

Además, tengo proyectos que tienen que ver con la escritura, con plazos para completar. En varias semanas estaré enseñando en un programa intensivo de escritura y pensar. En septiembre daré un presentación sobre riesgos en comunicar con extraterrestres. Quiero empezar a una traducción de español a inglés.

Por eso, desde ahora voy a escribir menos a menudo en este blog. Todavía tengo un propósito de escribir todos los día, pero en formas diferentes, no solo aquí. Mi racha de ocho semanas fue un éxito, pero tengo otras cosas que hacer …

Un camino (Día 6b) 2 de mayo

Al acercarnos a Camino de Santiago, caminamos con dos hermanas de California. Veo la ciudad a lo lejos, y le observo a Stan que es una ciudad de verdad, con edificios altos y todo. Me contesta ¡Claro que sí! ¿Qué esperabas? Tiene una universidad y hay muchos turistas, pues, peregrinos como nosotros. No es su primer camino. Yo esperaba una ciudad, claro, pero desde Pontevedra, los lugares han sido pueblos mucho más pequeños.

Llegamos a la catedral. Llovizna un poco. No sé… no puedo decir que el momento es anticlimático. Es simplemente lo que es. No tengo ni sentimientos fuertes ni ningún sentimiento de vacío ni ningún sentimiento. Es un destino — debería ser el último para peregrinos — pero hay otros. Tenemos que buscar nuestras posadas para alojarnos esta noche, la oficina para conseguir nuestras Compostelas, y un lugar para llenar nuestras barrigas.

Las hermanas californianas se van. En mi hostal, Stan contacta a su amigo Willem mientras voy arriba para dejar mis pertenencias. Obtenemos nuestros Compostelas — el proceso es eficiente y el oficinista apenas mira a mi certificado con dos estampillas para cada día de mi viaje. Conocemos a Willem en el hostal donde también se está alojando. Según Stan, Willem es experto de encontrar los mejores restaurantes, pues, de encontrar el mejor de cualquier cosa. A lo largo del camino al restaurante, encuentro a dos de los estadounidenses que habían querido darle de comer a la danesa en Briallos. 

El restaurante está lleno. Willem ya ha estado más temprano hoy y los camareros lo recuerdan, además de una cliente.Él es neerlandés y, como muchos ciudadanos de ese país, es bien alto, por lo que es fácil reconocerlo. Ha elegido un buen lugar y la comida sí está rica. Encuentro a Antonio, el superperegrino de verdad que ahora ha cumplido cuarenta Caminos. Me llama ¡Pepe! Nos abrazamos. ¡Qué tipo tan alegre!

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Los tres caminamos hacia el hostal de Stan. Quedamos antes de la misa en frente de la catedral. Después de una siesta, afuera de la catedral no podemos encontrar a Stan, así que Willem y yo entramos al edificio. Stan llega un poco más tarde y se sienta al otro lado del pasillo.

Es la tercera misa de mi camino — los dos otros fueron en Vigo y en Herbón. Es lo opuesto a mi experiencia en el monasterio. La iglesia es una caverna enorme, el sacerdote usa un micrófono, apenas veo la ceremonia. Hay anuncios antes, durante, y después la ceremonia. El anuncio en inglés durante la misa declara que el sacramento de la comunión es solo para los católicos que están en buena gracia con la Iglesia. Me niego a tomarlo.

Después de la misa, en la cola para ver la tomba de Santiago el Mayor, pierdo a mis dos compañeros. Abrazo los hombros de la estatua y apoyo mi cabeza en su espalda. Enciendo una vela por las oraciones de mi familia

De vuelta en el hostal, me doy cuenta de que perdí una de mis tarjetas de crédito. Vuelvo a un supermercado y a una farmacia, pero al final la encuentro en mi bolsa. Tengo que levantarme muy temprano en la mañana de mañana, así que me acuesto.

En el medio de nuestra comida juntos, Willem me preguntó ¿Cómo fue tu Camino? ¿Cómo te sientes ahora? No tuve una respuesta inmediata. Después de una pausa, le contesté. El fin del Camino no parece real. Solo lentamente parece así, cuando veo que otra gente como Antonio también ha completado su propio viaje.

Me doy cuenta de que el Camino de Santiago no es mi camino, es decir, no es solamente para mí. Se ha terminado sí mi camino, pero el camino mío no es El Camino.

El Camino es metáfora de la vida y para algunas personas también es metáfora de Dios. Es lleno de actos y de relaciones. No se termina cuando un peregrino termina un viaje. El Camino existía antes de cada de nosotros individuos y todavía continua existiendo.

Sigo pensando de otros peregrinos que conocí y me pregunto sobre sus viajes y de sus vidas. Es probable que no volveré a ver a ningún de ellos nunca más. Me pone un poco triste, pero la vida es así. El Camino es así.

Un camino (Día 6a) 2 de mayo

Hoy es el último día. Stan y yo empezamos a las ocho. Está lloviendo, pero esto ya no me molesta mucho. El impermeable funciona y mis pies están acostumbrados de estar mojados.

(No estoy seguro de esto después más de dos meses, pero…) Stan es psicólogo en una cárcel. Ha tenido varios trabajos a lo largo de su vida. Este, está bien. Le gusta su horario porque trabaja en las noches cuando el lugar está más tranquilo. Los beneficios de jubilación también son buenos porque es con NHS (el servicio nacional de salud en Reino Unido). Sin embargo, comenzó este trabajo tarde en su carrera y no sabe cuando podrá jubilar.

Hablamos de sus padres polacos, la historia de su familia, y su novia. A menudo va a conciertos de rock. A los dos nos encanta R.E.M. Él fue a unos conciertos de The Housemartins y The Beautiful South. Recomienda que escucha otra vez a Teenage Fanclub. Conozco solo su tercero album (Bandwagonesque) y no tengo ni idea que el grupo todavía juega conciertos.

Temprano en el día, conocemos a un perra muy amable.

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Bromeamos que ella también está haciendo el Camino de Santiago.

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Nuestra guía sigue caminando con nosotros. No nos preocupa de esto. Parece bien familiar con la ruta.

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Un poco después, dos chicas con acentos, quizás de Alemania, no sé, se ponen tristes cuando ven a la perra. Ay no, tratamos de decir a esta perra que ella debe ir a casa. Sigue después de nosotros. Caminando más rápido que nosotros, las dos nos adelantan. La perra también.

Stan y yo sigamos hablando y caminando. Me olvido de la perra. Empieza a llover de nuevo. Sin embargo, cuando nuestro camino gira a la derecha y al lado de una carretera ocupada, vemos a una pequeña multitud de peregrinos al rededor de algo.

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Nos dicen que la perra estaba caminando en medio de la carretera. Ellos la han capturado para prevenirla de mover. Hay las dos alemanes, una estadounidense que había llamado a la policía, y un hombre. Estoy muy impresionado por el español médico de la estadounidense. Las alemanes fabrican un collar de bufandas y todos caminamos hacia el pueblo más cercano. Nosotros hacen un muro con nuestros cuerpos para proteger la perra.

Hay una cafetería. Yo sugiero que nos detengamos allí, para secarnos y esperamos a la policía. Es una ubicación obvia y tiene una dirección real — no simplemente en algún lugar al lado de la carretera. Pero los demás quieren continuar al centro del pueblo. Por mi parte, tengo que comer. No tengo ninguna provisión. Ayer dormí en una aldea sin mercado, anteayer en un monasterio, antes en otro albergue aislado de todo, y el domingo Aldi estaba cerrado en Pontevedra. Entonces, llevo más de cuatro días sin visitar un supermercado adecuado y abierto. Stan y yo salimos del grupo hacía una cafetería.

Me siento un poco mal para abandonar el proyecto de rescatar a la perra, pero no solo un poco. Ya hay muchos cocineros en la cocina. Para mí, tenemos que cuidarnos. Si no lo hacemos, nadie más lo hará. Después en el día, a diferentes horas, encontraré a los dos alemanes y a la estadounidense. Aprendo que el perro tiene un chip y el dueño la recogió. Estoy aliviado.

Un camino (Día 5b) 1 de mayo

Como dije, para mí el destino de hoy es el albergue público en Teo, pero para Liz es Camino de Santiago, el destino final para todos nosotros peregrinos. Me preocupo que no lo logre. Tiene un buen ritmo de caminar, pero hemos empezado tarde de Pulpería Rial. Además, ella está bien preparada, es decir, la mochila suya lleva incluso más pesada que la mía. Por ejemplo, Grayl es la marca de su botella de agua. Me gusta esta marca también y la he usado en México, pero en mi opinion no tienes que purificar el agua en España. No vale la pena el peso. Al otro lado, también está llevando una vaina para orinar como hombre. Tiene sentido, pero es una cosa más que llevar.

Ella me dice que tiene que usar la vaina. Al esperar a ella, hablo un rato con otro peregrino que está descansando en un banco debajo de una parada de autobús. Se llama Stan y su destino de hoy es Teo también. Hacemos un plan de encontrarnos allí, porque su ritmo es un poco lento. En realidad, no sé si nos encontraremos. La gente vienen y la gente va. El futuro es incierto.

Sigo caminando con Liz. Vemos una la valla publicitaria para “Motel Venus” con la frase “El amor no existe se hace …”

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Un poco después, hay una máquina expendedora en una pared. Ella compra algo de picar. También se venden paquetes de preservativos.

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Por supuesto que hay situaciones de que se necesitan una habitación privada con preservativos. Ver cosas así en el Camino es divertido pero también molestándome. ¿Por qué? Ya no soy católico, y es un hecho real que nosotros peregrinos tenemos cuerpos físicos y necesidades físicas. Vale, para mí, la publicidad es demasiado descarada. Los preservativos no me importan.

Hablamos de muchas cosas, incluyendo de nuestras familias. A ella le explico por qué no bebo alcohol ni como carne. Al recordar mi retraso de terminar la vida de mi mejor amigo Mookie, el arrepentimiento adueña de mi. Lloro en la lluvia. Una trabajadora de la salud, mi compañera me contesta con sensatez y sensibilidad.

Es católica y tiene un horario para rezar por sus amigos en oración silenciosa. Nos despedimos.

Conozco a otras personas de vez en cuando, pero la mayoría del resto del día hasta el albergue estoy solo con mis pensamientos. Paso por delante un edificio en el bosque con frases en sus paredes. Hay una cita de Michael W. Fox, y otra de Max DePree. Es una traducción española:

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Estamos solos, absolutamente solos en este azaroso planeta. Entre todas las formas de vida que nos rodean, ninguna, excepto el perro, ha hecho una alianza con nosotros.

Un poco después, la lluvia empieza de nuevo. En algunos puntos, el camino se ha convertido en una cascada.

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Por fin, llego al albergue. Estoy bien empapado. Veo a la danesa mayor que rechazó la comida gratis en Briallos. Me reúno con Stan y buscamos un lugar de comer. Por recomendación de antifitriona, caminamos cuesta arriba hacia la izquierda, pero los pocos lugares que vemos están cerrados, excepto uno que es solo para los huéspedes del hotel. Después de todo, es el Día del Trabajo.

Volvemos a otro posada por el que ya pasé, antes de nuestro. Disfruto de una cena de tortilla española, papas fritas, y un pastel. Todo es sencillo pero me lo cae bien.

En el albergue, me ducho y la habitación se inunda. ¡Qué día de agua! No tan malo como mi primer día en mi camino, pero más continuo y en modos diferentes.

Un camino (Día 5a) 1 de mayo

Esta mañana el horario en el monasterio es más relajado de lo que había esperado. Nadie me despierta, así que me levanto un poco tarde. Hago mi mochila, desayuno tostada con mermelada y mantequilla, y tomo chocolate caliente. Salgo del monasterio casi a las ocho y media. Vale, mi próximo destino es el último albergue público antes de Camino de Santiago. Imagino que hoy será un día más fácil que ayer.

Empieza a llover. Al poner mi impermeable debajo de una carretera, veo a una de las peregrinas que se alojó también en Herbón. Nos encontramos y empezamos a caminar juntos al oeste hacia Padrón. Tengo una idea de comer pulpo a un restaurante específico que los malagueños me mencionaron ayer. La idea es loca. Hoy es el Día de Trabajo, por lo tanto muchos negocios estarán cerrados. Además, estaré en Padrón en el medio de la mañana y es un poco extraño de comer pulpo tan temprano.

Mi compañera se llama Liz. Tiene un acento del sur de los Estados Unidos. (Ahora, en julio, no recuerdo exactamente pero creo que…) trabaja como asistente de anestesiología, su hija es talentosa en teatro musical, su hijo es en el ejército. Se va a divorciar de nuevo. Ella es muy franca, me gusta esta cualidad. Me gusta también que esté dispuesta a parar cuando veamos  un parque botánico en Padrón. Nos maravillamos con las secuoyas. 

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De repente Liz se da cuenta de que sus auriculares están perdidos. Vemos a un par de nuestros peregrinos de Herbón y todos tratamos de buscar los auriculares, pero están bien perdidos. Jim le regala sus auriculares a Liz. Dice que tiene varios porque siempre los está perdiendo. Entonces comenzamos a buscar el restaurante. Es un pequeño milagro: lo encontramos, está abierto, y sirven el pulpo en la mañana.

Los cuatro disfrutamos juntos una comida de pulpo, papas, pan, y vino. En mi caso, solo un poco de vino, pero más que antes. Jim era nuestra traductor ayer en el monasterio durante el tour y en general habla mucho más que su amigo. Por casualidad entró mi cuarto anoche (había solo cortinas y el pasillo estaba muy oscuro). Liz y yo pensábamos que Jim y Michel son una pareja, pero no. Liz tiene un proyecto de construir una playlist de canciones favoritas de las personas que ella conocía durante su Camino. Menciono “So. Central Rain” pero nadie la sabe. Jim menciona “Prince” y inmediatamente hay un vínculo fuerte entre Liz y él. Los dos han vivido y viajado en muchos países por el globo, y pagan la mayoría de la cuenta.

Después, Jim y Michel se van a otra dirección. A mí Liz me pregunta cómo personas como Jim y Michele pueden viajar tanto. No sé con certeza, pero adivinamos que son ricos.

Un camino (Día 4b) 30 de abril

Paso la mayoría del día con los jóvenes de Málaga. Es mi primera experiencia en este viaje caminando mucho tiempo con otros. Tal vez estén siendo conscientes de mí, pero su ritmo de caminata es perfecto. El tiempo pasa bien feliz.

Durante mi camino, con los trabajadores en los restaurantes, en los albergues, y en las tiendas, español sí es la lengua más común. Además, los letreros aquí en Galicia a veces son en gallego. Pero entre los peregrinos, inglés es la “lingua franca”. Oigo alemán, portugués, francés, y otros, pero inglés es el idioma que oigo con más frecuencia adentro los grupos de peregrinos y entre ellos. En un momento mis compañeros expresan su sorpresa al descubrir que pocos de los peregrinos son españoles como ellos.

En medio de nuestro viaje juntos, hay un restaurante arriba nosotros. Un tipo llama y saluda a mis compañeros. Sonríen y empiezan a conversar. Noto que la conversación es un poco más rápido con este hombre que conmigo. Por eso, entiendo solo una parte de lo que están hablando. Nos presentan. Se llama Antonio, pero a mí Antonio me llama Pepe. ¿Me está haciendo una chiste? Le explico que mi padre se llama José pero me llamo William. A Antonio no le importa. Para él soy Pepe. (De hecho, mi padre tiene el apodo de “Peping, con el acento en el segunda sílaba, en vez de “Pepe”, porque en las Filipinas el sonido de “ng” es común.)

Mis compañeros tienen un amigo en Padrón y van a quedarse con él dos noches. Por mi parte, voy a tomar un desvío para un convento francisco. (De hecho, todavía no sé la diferencia entre “convento” y “monasterio” en español. En inglés para mí, un “monastery” es solo para hombres llamada monjes, y un “convento” es solo para mujeres llamada monjas.) Nos despedimos en un letrero apuntando hacia el convento al este.

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Como el primer día de este camino, la lluvia paró y el cielo despejó después de la mañana. Ahora está soleado y hace bien calor. Mi gran botella de agua está vacía. No hay nadie más a lo largo de esta ruta tan hermosa. Me preocupa que el convento esté lleno o que pierda mi camino. Cerca de un puente, le pregunto a un desconocido dónde está el monasterio. Está cerca.

Por fin. El aire en el convento es fresco. Me registro en el escritorio con una caja para donaciones. Descanso mis pies cansados mientras mirando una baraja de cartas españolas.

Durante el tour del convento, me ofrezco como traductor porque el guía solo habla español. Pero fallo al trabajo. Afortunadamente hay otro peregrino que hace las traducciones. Aprendemos la historia del lugar, incluyendo sobre los franciscos. Crecía católico, pero me falta mucha información sobre las distinciones entre los ordenes religiosos en la organización. En toda mi vida y en mi detrimento, no me interesaba la política interna. Pero me interesa San Francisco de Asís. De hecho, mi nombre de confirmación es Francis. Me interesa cuando el guía dice que los franciscanos son un orden con un poca más libertad que los otros, pero aun así, el propio santo no podría unirse hoy en día. 

Aprendemos mucho de la historia del lugar. Los franciscos llevaron pimientos de América, y ahora los pimientos de Padrón son famosos. Nuestras cuartos fueron para estudiantes cuando el edificio servía como escuela. Vimos una habitación en la forma de un cabina de un barco, porque los franciscanos navegaban por todo el mundo para llevar la palabra de Dios.

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Ya no soy católico pero hay algo conmovedor en esta tarde. Durante la misa recibo el sacramento de la comunión por la primera vez en muchos años. Después, nosotros peregrinos hablamos un rato con el sacerdote y recibimos una bendición. Él explica por qué nos insistió a tomar la comunión de su mano en lugar de recibirla. Es su costumbre para demostrar que nuestras propias opciones y nuestras propias acciones son esenciales.

En el monasterio encuentro a Antonio de nuevo. Nos sentamos juntos durante la cena pero habla un poco rápido conmigo. Si entiendo a mis amigos anteriormente y a Antonio ahora, era un cartero. Pronto después su jubilación, su esposa falleció. Desde entonces ha caminado el Camino cuarenta veces, dos veces al año, para ayudar a otros peregrinos.

La vida de los franciscos parece sencilla. Solo se tiene que renunciar a todo lo material.

Es un buen día. Pepe, peregrinos, y pimientos de Padrón. Conversación franca, aire fresca, y franciscanos.

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visitar versus vivir

Vuelvo pronto a la historia de mi camino, pero en este momento quiero escribir de otro tema. Es un asunto que ha estado en mi mente desde hace pocos años. En fin: hay lugares para visitar, y hay lugares para vivir.

A veces, en las condiciones apropiados, las dos cualidades pueden existir en un mismo lugar. Sin embargo, para mí, esto es raro. Por lo general, un sitio lleno de aventuras es diferente a uno de comunidad y de comodidad.

Mi perspectiva no es única. En la reunion para practicar español en Whole Foods el sábado pasado, hablamos de cuál ciudad es nuestra favorita. La mayoría dijo “Pittsburgh” — no sorpresa, después de todo, nosotros estábamos sentándonos en Pittsburgh. Una mujer dijo que a ella le gusta las temporadas, especialmente ahora cuando la humedad y el calor la abrazan, y que las personas aquí son más sincera qué las en Seattle. Un hombre que no tenía mucha experiencia dijo que Nueva York es muy buena para visitar pero prefiere Pittsburgh para vivir. Otro dijo que su ciudad preferida es San Diego aunque es cara. A mí me gusta Pittsburgh en lugar de Henderson.

Dije también que los lugares cambian, y nosotros también sí. Por ejemplo, no cambiaría las experiencias de mis días universitarios en Ithaca por nada, pero no sé si viviría allí ahora. Además, es más fácil criar a los niños en una ciudad como Pittsburgh que en Nueva York, pero hay tantas cosas hacer allí. No me arrepiento de ningún lugar en el que he vivido. Mis experiencias en cada me hicieron. De hecho, muy a menudo estoy feliz con el lugar en el que me encuentro. Si no, me voy al siguiente. Siempre hay opciones. 

Después de recoger mi familia del aeropuerto esta mañana, mi esposa, nuestro hijo menor, y yo tomamos un paseo en el parque con los dos perros. Mi hijo estaba emocionado por comer en varios restaurantes y dijo que su “Strip” favorito está en Pittsburgh en vez de Las Vegas. Por mi parte, mencioné que hay algo aún más importante que el paisaje verde y que el clima. Es que la gran mayoría de las personas en nuestra zona comparten las mismas opiniones políticas que nosotros. Esto no es esencial, pero me queda bien. Me siento más cómodo en un lugar así. Me siento que más seguro, es decir, un sentimiento de más seguro de sí mismo y también más seguridad. Mi esposa estaba de acuerdo conmigo, pero ahora mismo al escribir esta entrada me pregunto si este sentimiento es la origen de tantos problemas en nuestro país.

Un camino (Día 4a) 30 de abril

Me despierto por el sonido de un mosquito. Voy abajo a comedor para organizar mis pertenencias y preparar para el día. Al sentarme aquí anoche hice unos planes, mientras un hombre conversaba con su familia. Ayer traté de ayudarle en la absencia de la gerente del albergue, pero estaba avergonzado porque no entendía su español. Después en la tarde, me di cuenta de que él estaba hablando portugués. Reviso el pronóstico y escribo apuntes en una hoja de papel.

Esta mañana hablo en inglés con la mujer que rechazó el regalo ayer. Ahora está parándose, y puedo ver que ella está sola y es de complexión delgada, además de mayor edad. No me preocupo por ella. Creo que ha hecho mucho en su vida, incluyendo tomando muchos pasos. Sí me preocupo por la lluvia. Afortunadamente tengo el impermeable que compré en Pontevedra. A las ocho me lo pongo en la mochila. Empiezo a caminar.

Hay lluvia pero no importa mucho con mi poncho. Llevo mi botella de agua en los dedos, mi cámara en una correa, y mi hoja de papel con apuntes en una mano. Ya he escrito sobre este día, después de perder mis notas con opciones de dónde puedo alojarme esta noche.

Pero espera, espera. Necesito romper la cuarta pared y volver al presente, al siete de julio, al hoy. En medio de la escritura de esta entrada de blog, después de escribir la palabra “poncho” en el último párrafo, chequeé mi correo electrónico. ¡Recibí un mensaje de Miguel!, uno de mis compañeros con quiénes caminaba durante horas en el último día de abril. No había recibido nada mensaje de nadie del Camino hasta este momento exacto. 

¡Qué increíble! Por lo general no creo en milagros pero ¿qué es esto? Es un eco del Camino de Santiago, reverberando a través del tiempo.