No soy súper nada

En el día cuando caminé del Albergue de Peregrinos de Briallos al Convento de Herbón, cuatro jovenes de Málaga me acompañaron. He perdido mis apuntes en una hoja de papel, porque tenía en la mano debajo de mi poncho. Iba a regresar cuando me encontré con ellos, a los que había visto por primera vez en mi primer albergue en Vigo.

El camino de ese día fue largo, pero fue parecía más corto con estos compañeros agradables. No había desayunado, así que Carlos me dio una empanada de atún. Uno de los Miguel necesitaba loción corporal, así que le di la mía. (El Camino proporciona.) Caminaban a mi paso, descansamos en momentos adecuados. Hablamos de trabajo y de dinero y de la vida, de frases españoles, como hay menos españoles en el Camino que de otros países. Hablamos de las cosas que nos recuerdan a nuestra infancia — ellos sentían curiosidad por Pop-Tarts, yo les pregunté de Cola-Cao y marcas del helado.

No me acordaba, pero anteriormente en un albergue, quizás en Pontevedra, había dicho que no tengo móvil. Por eso, me dijeron durante nuestra paseo que me habían regalado el apodo de súper peregrino.

Tuve que reírme. No soy súper nada. En el Camino de Santiago llevaba una tableta. Cierto, no tenía un plan de datos, y a menudo el Wi-Fi en los albergues no funcionó para mí. Por esa razón, tuve apuntes en una hoja de papel.

Ahora esa hoja está dispersa entre otras hojas, como nosotros peregrinos, dispersos en todas direcciones.

Remember the poplar tree

En una de mis clases antes de mis recientes viajes, vi un nueva palabra: álamo. Pregunté ¿Qué quiere decir? La maestra me contestó que es un tipo de árbol.

Como un tonto, me sorprendió mucho. Hasta ese momento, la palabra álamo estaba solo un topónimo, un grupo de tres sílabas para significar un lugar para recordar. No reconocí que es una palabra con su propio significado, no recordaba que el álamo tiene su propia identidad. Mencioné esto a mi maestra, pero es de Colombia y para ella, el álamo es simplemente una planta.  

De hecho, en mi vuelo de Madrid a Washington DC, por fin miré la película Oppenheimer. Es una gran obra de arte, lo mejor que he visto en varios años, excepto quizás Dune 2, que experimenté en todo un cine en lugar del respaldo de un asiento de avión. Me recordó mis miedos a una guerra nuclear cuando era niño, mi educación como científico, mis años viviendo en Nuevo México, el verano pasado paseando por el campus de la Universidad de Chicago.

De nuevo, como un tonto, me di cuenta del topónimo ¡Los Alamos es el plural de la palabra álamo! Significa un bosque de árboles. Es obvio en retrospectiva.

Tengo la excusa que las versiones gringas falta el acento: no se escriben como Álamo ni Los Álamos, pero es una mala. Sabía que el topónimo Los Angeles se refiere a los ángeles de Dios, incluso sin el acento. Sabía que es irónico que los dos topónimos Valle Verde Drive y Green Valley Parkway existen en Henderson.

A los gringos nos gusta dar nombres a lugares después destruir las cosas allí, pero eso es un tema para otro momento.

De verdad, debemos recordar El Álamo.

Cuántas veces y aun así

A bordo del vuelo nocturno anteayer, estaba sentado al lado de una pareja joven de unos veinte años. Habían venido a Las Vegas para ver a la banda Dead & Company en The Sphere.

Me gustan los fans del Grateful Dead. Tienden a ser amables and relajados, así como abiertos a nuevas experiencias. Les gustan compartir y aprender de los demás. Son sinceros y comparten un interés común.

Hablamos de The Sphere, The Dead, y la diferencia entre lugares para vivir y para visitar. Aprendí que este viaje de ida y vuelta fue su primero en avión. El joven me preguntó cuántas veces había estado en un avión.

¿Cuántas veces? No tengo ni idea. Este año ya han sido ocho veces — desde Las Vegas a Pittsburgh, a Toronto en el camino a Madrid, a Lisboa, desde Santiago a Madrid, luego a Dulles en el camino a Las Vegas, y de regreso a Pittsburgh. Docenas de veces. ¿Doscientos? No sé.

Aun así disfruto mirando por la ventana y la sensación de mi espalda presionando contra el asiento cuando despegamos.

El hogar que nunca fue

Volver a casa en Pittsburgh después de un vuelo nocturno es como un sueño en un película de Disney. Esta mañana un poco antes del amanecer caminaba del último parada del autobús hacia el antiguo hogar. El cielo se estaba volviendo rosado. El aire se llenó con el canto de los pájaros. Un par de conejitos corretearon enfrente de mi, entonces otro. Un pajarito, el más pequeño que he visto afuera de un nido, saltó un poco a mi lado.

La temperatura era perfecta para caminar. El olor de la primavera, de la vida, estaba por todas partes. Mi piel se relajó por la humedad. Mis pies pisan la acera y el barro, llevándome hacia adelante.

Y ahí está. El césped es demasiado largo, pero por lo demás todo se ve muy bien. Y todo es muy bien. He vivido en muchos lugares y ahora estoy viviendo en otro lugar. Toda mi vida adulta, no ha habido ningún lugar al que definitivamente llamaría mi hogar, me he movido tanto. Pero esta es la casa donde viví más tiempo. Si no es el hogar, sigue siendo el más familiar y cómodo.

sin alcohol

Esta noche acabo de tomar una bebida con alcohol, por primer vez en más de dieciocho años. Esta es una de las maneras en que recuerdo a mi perro. El alcohol intensifica mis emociones. Por eso, dejé de beber alcohol inmediatamente después se murió. Desde entonces, es una forma de recordarlo.

De hecho, he pensado de dejar este hábito por más de un año. Primero, puede ser una ocasión recordarlo de manera diferente (haz esto en memoria mía). También ha habido oportunidades probar algo nuevo, como vermut en Madrid, ginjinha (licor de cereza) aquí en Lisboa, por supuesto oporto en Porto, y vinos locales en cada lugar. Creo que mi perro hubiera querido que yo viviera la vida. En realidad, ha pasado mucho tiempo… más que su vida. Una persona que nació cuando se murió puede tomar alcohol legalmente en muchos países.

El mesero me ofreció una copita muy pequeña de ginjinha, después mi cena. Reflexioné por mucho tiempo en esto. Al principio me negué, pero me di cuenta de que he tomado un poco de alcohol, cuando mezclo vainilla y azúcar con leche, en mi tazón de cereales. Cuando lo hago, no hay nada sensación de borrachera.

Llegué a la conclusión está bien si bebo alcohol, siempre y cuando no tenga ningún efecto en mi estado mental. Tomé unas gotas de ginjinha, con menos alcohol que mi leche de vainilla. Sabía a jarabe para la tos.

A pesar de todo, aprecié el gesto.

reckoning

Hoy hace cuarenta años, mi álbum favorito de mi banda favorita fue lanzado: Reckoning. Me acuerdo de escuchar una canción misteriosa en la radio, como nada de lo que había escuchado antes, pero de alguna manera familiar: “So. Central Rain“. Sencillo pero contundente, zumbando pero melódico, corte pero lleno de añoranza. Hay letra, pero más para la sensación que para ningún significado o para ningún sentido.

Esto fue durante un época cuando no sabíamos el nombre de ni una banda ni una canción a menos que el DJ nos los contó. Solo más tarde, ese verano, cuando vivía en Seal & Serpent, pagando dieciséis dólares a la semana por una pequeña habitación, escuché todo el disco tocando en una tienda de discos. Me quedé quieto, escuchando todo el disco.

Me gusta el nombre “Reckoning”. Quiere decir varias cosas en inglés. Puede ser religioso — ajustar (El Día del Ajuste de Cuentas Final), o computar (El Día del Cómputo Final), o juzgar (El Día de Juicio Final). Puede tener que ver con navegación por estima. También es una palabra en el sur de los Estados Unidos que significa suponer o calcular.

R E M Reckoning

No puedo creer que hayan pasado cuarenta años.

de la tierra al cielo

Eché de menos el eclipse total de hoy. Había hecho planes para verlo en Dallas, pero durante la última semana todos los pronósticos del tiempo dijeron que habría nubes en el cielo. Además, había una posibilidad de tormentas eléctricas o incluso un tornado después, y tuve un vuelo esta noche para Pittsburgh. Canceló mis boletos anoche.

En cambio, lo vi aquí en Nevada. Pues, vi solo un eclipse parcial. La primera vez miré un eclipse de sol parcial, fui un estudiante en Berkeley. Había astrónomos y voluntarios en las colinas por encima de la ciudad y miramos por los telescopios. Pero lo más interesante fue cuando mi exnovia (mi novia en esa época) señalo en el suelo. Las imágenes del sol entre las hojas de los arboles no fueron redondas, ¡sino crecientes! La sorpresa para mí en ese día existe en la tierra, no en el cielo.

La segunda vez miré un parcial, fui un profesor en Carnegie Mellon. No recuerdo mucho, principalmente estaba enfocando en las reacciones de mis hijos. Todavía tengo un par de lentes oscuros para ver el sol. Creo que en ese año, decidí agregar “ver un eclipse total” a mi lista de deseos. Ojalá pudiera viajar a ver el total en 2017, pero tuve responsabilidades de trabajo. Siempre trabajé en el verano, con poco tiempo para disfrutar de vida. Incluso en vacaciones, siempre necesitaba revisar el correo electrónico.

La tercera vez fue hoy. En realidad, el cielo en Dallas resultó estar despejado durante el momento de totalidad. Me puse a tierra por demasiado miedo. Pero está bien, no me molesta mucho. Esto me da más tiempo para celebrar dos cumpleaños aquí, para hacer la maleta para un viaje a Iberia, y para hacer los impuestos.

Ya me prometí ver el eclipse total en 2026 y/o 2027. En 2026 la sombra de la Luna se caerá sobre Islandia y España, y en 2026 sobre España y Egipto (y otros lugares). Razón de más para estar viviendo en España para entonces.

prepárense

Hubo un temblor en Nueva York ayer, así que en la clase de español hablé de mis recuerdos de temblores pasados.

Mi primer también fue en el estado de Nueva York, cuando fui estudiante en la universidad. Pensé que era mi compañero de cuarto jugando un truco en mí, agitando mi cama, pero la hora fue muy temprano. Más tarde le pregunté de esto, y no recordó nada. Tal vez la mitad de mis compañeros de suite se dieron cuenta.

La única otra vez que experimenté un terremoto fue grande. Mi exnovia y yo esperábamos un autobús, para mirar un partido de beisbol entre nuestro equipo favorito (los Oakland A’s) y el equipo al otro lado de la bahía (los San Francisco Giants). De repente el suelo se movió. No entendí por qué, pero ella trató de sacarme por la mano lejos de la parada de autobús, hacia la calle. Inmediatamente después, vi una columna de humo oscuro en la distancia a la izquierda, y creí que fue una explosión. Pero fue un terremoto significado. Ella supo qué hacer, porque nací y crecí en California.

Las personas en los vehículos, incluyendo el conductor del autobús, no se dieron cuenta del desastre. Cuando llegamos a nuestro apartamento, llamé a mi querido perro, el único perro verdadero de mi vida, ¡pero no vino! Aunque lo adopté solo quince días antes, él fue muy obediente y atento,  por lo tanto me preocupé que se cayó del techo (tuvo una mala costumbre de esperarme en el techo del porche), o a lo mejor un objeto pesado (una olla en la cocina, un libro de un estante) se cayó en su cabeza. Fue la primera vez no vino cuando lo llamé. Por fin, por fin, paso a paso, se arrastró sobre su vientre desde debajo de mi cama. Había encontrado un lugar seguro. No podía decir por su manera si se sentía culpable o asustado.

En la clase no mencionó todos estos detalles. Pero habló de la falta de preparación en relación con los terremotos en mi estado actual de Nevada. A diferencia de las personas en la Ciudad de México (donde hay puntos de encuentros seguros en las calles, marcado con un círculo y flechas) y en California (donde personas como mi exnovia son educados sobre las acciones apropiadas), en mi opinión Nevada no está preparado suficientemente. Creo que los códigos de construcción (y hay mucha construcción aquí) no tienen en cuenta la seguridad sísmica. La gente no tienen provisiones o un morral de emergencia. Sobre todo, como yo durante el terremoto de Loma Prieta, los individuos no tienen el marco de la mente de cómo comportarse durante un terremoto.

Pero yo tampoco. Tengo mucho más provisiones en Pittsburgh que aquí.

a la cama dos veces

A veces la relación etimológica entre las palabras en español y en inglés no es obvia, al menos para mí. Aquí hay los ejemplos más recientes.

  • secar – No recuerdo exactamente cuando me di cuenta de que esta palabra tiene el mismo origen que desiccate. Ambas viene de la palabra latina siccare.
  • regar – A lo mejor la relación anterior se me ocurrió cuando aprendí regar. Originalmente, estaba confundido porque el sonido de regar es un muy poco como refrigerador, pero el significado es muy diferente. Entonces, hice una mnemotecnia entre regarirrigateDe hecho, ambas viene de la palabra rigare. Una fuente dice que rigare es una palabra latina, pero no es seguro de dónde viene la origen antes de latín. Otra dice que la origen de rigare es completamente insegura.
  • piel – Solo hoy hice la conexión entre piel y la palabra inglesa pelt. Este año aprendí que piel puede significar “la superficie del cuerpo humano” pero también “la parte de un animal de que se hacer ropa de invierno”. En inglés son palabras diferentes: la primera es skin y la segunda es fur. Cierto, en el segundo uso es posible usar skin en lugar de fur, pero en mi opinión es explícito, y un poco perturbador. De todas formas, piel viene del latín pellis, pelt también.
  • pelo – Uno de mis maestros me enseñó la frase “A la cama no irás, sin aprender algo más”. Por eso, ya puedo acostarme dos veces, porque hoy aprendí pelo en español y peel en inglés ambos vienen de la misma palabra latína pilus. Es un poco raro, porque el sonido de piel y el de peel es bastante similar. De toda maneras, pelo viene del latín pilus, con idéntico significado, y peel viene del latín pilare, que significa quitar el pelo, que viene en turno del latín pilus. La palabra española significa cabello (en un sentido general), pero la palabra inglesa significa quitarlo. La diferencia es como tirar en español, que tiene significados opuestos depende del contexto, o dust en inglés, que también tiene significados contrarios, pero aquí los dos (pelo y peel) son en lenguas distintas.