mi familiar

Hace treinta y cuatro años este mes, conocí a mi familiar.

Uso la palabra familiar en este caso porque era uno de los muchos apodos que tenía para él, mi único perro. No supe español en esa época, así que teníamos solo unos pocos apodos en este idioma: Moquito (pero hablado como Muquito, de su nombre Mookie), y después Mosquito. Además, Burrito porque una vez atrapó un burrito en medio del aire que mi novia lanzó sin querer. También fue largo, con una forma como un burrito. Y aguantó tanto, como un pequeño burro.

En cualquier caso, era verdaderamente mi familiar. En primer lugar, su género y especie cientifico es Canis familiaris. En segundo lugar, era un animal a mi lado todo el tiempo, que se llama familiar en inglés — como un gato de bruja, o un halcón de mago. En tercero lugar, éramos buenos amigos, éramos bien conocidos el uno al otro, lo que significa la palabra inglesa familiar. Por último, pero no menos importante, era un miembro importante de la familia (el adjetivo correcto en inglés por eso es familial, pero usé familiar). De hecho, lo llamé my zeroth-born (cerogénito).

La semana pasada en una clase, aprendí que la palabra familiar en español tiene este último significando — un sinónimo de pariente. Este fue otro momento más para recordarlo, a quien recuerdo todos mis días.

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